El empecinamiento de Pedro Sánchez de no ver lo obvio, de insistir en que no hay nada delictivo en su partido, en su Gobierno, en ninguno de sus colaboradores, en su familia y en todo lo que le rodea, es una falta de respeto a los españoles. Ciudadanos que han escuchado las cintas de la UCO que demuestran no solo que Moncloa y Ferraz estaban infestados de personajes que nadie con un mínimo de decencia tendría entre sus colaboradores. Por su indiferencia ante la corrupción, el uso habitual de fondos públicos para sus caprichos y, lo peor, por su catadura moral en el trato con las mujeres. Prostitutas y no prostitutas.
Nada de eso importa a un presidente del Gobierno que presume de ser más activo que nadie en la defensa de los derechos de las mujeres y no pierde ocasión de alardear de su in