Uno. Mientras millones esperaban que la Global Sumud Flotilla fuese reconocida con el Nobel de la Paz por su épica solidaridad con Palestina, el comité noruego a cargo de la premiación consagró a María Corina Machado, veterana golpista de la CIA en Venezuela. Y un día después, en Gaza, el ejército sionista destruyó el hospital infantil Al Rantisi, con cargas de dinamita exponencialmente más potentes que las concebidas por su inventor, Alfred Nobel (1833-96), creador del premio que lleva su nombre.
Dos. Ambos hechos guardan vasos comunicantes. La ungida envió cumplidos “al sufrido pueblo de Venezuela” y al emperador de la melena dorada (“Acepto esto en honor a ti, porque realmente te lo merecías”, sic). Y el tercer cumplido fue para la entidad terrorista llamada Israel (“un genuino aliado