La refinería de Dos Bocas está atrapada en sí misma. Como un niño que quiere correr con los pantalones en las rodillas, no puede hacerlo. Su segundo tren de refinación está terminado, pero no puede funcionar porque no hay manera de sacar el producto principal y menos los subproductos, específicamente los 3.5 millones de toneladas de coque, las 40 mil toneladas de azúfre líquido y todo el polietileno posible producido por el único tren disponible, son la serpiente que se muerde la cola.
Si a la presidenta Sheinbaum le dicen que está operando a toda capacidad es mentira, si al director Víctor Rodríguez Padilla le dicen que están avanzando es mentira. Hace al menos seis meses que no se avanza en ningún frente de trabajo.
Y las cosas se ponen peor. Terminada la refinería tienes que mantenerl