La forma en que caminamos puede contar mucho sobre cómo nos sentimos y pensamos . Según la Organización Mundial de la Salud , los hábitos de movilidad diarios no solo benefician al cuerpo, también ayudan a reducir el estrés, mejorar la concentración y mantener la mente clara.
Caminar con los brazos detrás de la espalda , a paso rápido, despacio o incluso mirando al suelo, son gestos que muchas personas realizan sin pensar.
Según la neurociencia, cada estilo de movimiento puede afectar cómo pensamos y cómo procesamos la información, funcionando casi como un puente entre cuerpo y mente .
En distintos lugares y culturas, la manera de caminar también transmite mensajes: respeto, autoridad, confianza o concentración. Incluso en la vida cotidiana, la postura y el paso que elegimos pue