Los puntos clave
Las repeticiones de bajo riesgo son tu arma secreta para proteger tu mente del miedo.
El diálogo interno debe entrenar, no aplastar. La crítica mata el impulso.
Los errores son moneda, no condena; úsalos sabiamente.
Nos mentimos a nosotros mismos cuando se trata de confianza. Actuamos como si fuera algo innato, como si nos apoderáramos del aire, resistentes a la duda. ¿Y el resto? Nos mantenemos a la espera de ese día en que nos “sentimos preparados”. Desafortunadamente, ese día nunca llega por arte de magia.
Porque la confianza no es un sentimiento. Es una habilidad. Y como cualquier otra habilidad, se perfecciona presentándose, tropezando y volviendo a levantarse.
1. Actúa primero y concéntrate en tus emociones después
Tu cerebro puede ser astuto. Te dice que es