Boomers contra millennials . Caseros contra inquilinos. Jóvenes contra jubilados. El nuevo deporte nacional consiste en fabricar trincheras donde no las había, en levantar muros entre generaciones mientras los verdaderos responsables de la desigualdad se frotan las manos. En esta aparente guerra cultural entre nietos y abuelos hay más cálculo político y económico que realidad social. Se nos quiere convencer de que los jóvenes viven peor porque los pensionistas viven demasiado bien, cuando el problema no son las pensiones, sino los salarios, la vivienda y la codicia desbocada del mercado.
Los jóvenes no pueden emanciparse, no porque sus mayores cobren una pensión digna, sino porque el precio medio de la vivienda es un insulto a la lógica y los sueldos que reciben apenas dan para sobrevi