El estudio de Intrusos vibraba con una emoción distinta. Las cámaras enfocaban a Kate Rodríguez , quien a sus 35 años y con siete meses y medio de embarazo, compartía una confesión que conmovía a todos: le diagnosticaron trombofilia, la misma condición que le arrebató la vida a la primera esposa de su pareja . El aire se volvía denso por instantes, como si aquel pasado trágico exigiera su lugar en la conversación.

“Estoy tranquila, porque tengo el tratamiento indicado y eso hace toda la diferencia” , aseguró la bailarina , con la mirada firme, pero dejando escapar una sonrisa sutil. Cada día se aplica heparina; cada inyección, un acto de amor y prevención. El temor existe, pero el diagnóstico precoz y la contención médica le permiten abrazar la esperanza. “Eso me da mucha paz,

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