Aproximadamente eran las 16 horas del martes, cuando en el salón oval de la Casa Blanca lanzó Donald Trump una advertencia que cayó como un rayo. “Si Milei no gana las elecciones, no seremos generosos con la Argentina”, dijo, creando estupor en los medios periodísticos que cubrían la reunión. En los mercados, la respuesta fue automática: comenzaron a caer los bonos, hasta entonces en plena subida, y a subir el dólar y el riesgo país, hasta entonces en franco retroceso.

¿Qué le pasó a Trump?

¿Por qué este golpe al volante del presidente estadounidense, que pareció poner a la Argentina otra vez en la ruta de la volatilidad, de lo impredecible? ¿El salvataje, entonces, estaba condicionado?

Y, sí. Así es. Es la historia del capital, que únicamente va donde hay seguridad y “previsibilidad”.

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