Durante una visita a la zona norte del país, el Presidente de la República anunció sorpresivamente el próximo envío de una reforma constitucional mediante la cual se busca entregar al jefe de Estado la facultad de desplegar a las Fuerzas Armadas en las fronteras, mediante un decreto supremo y por todo el tiempo que se estime pertinente. De acuerdo con lo que ha explicado el gobierno, esta reforma “busca incorporar nuevas herramientas para el Estado en el esfuerzo continuo y compartido de mejorar el control de nuestra frontera”.
Se trata ciertamente de una reforma de enorme magnitud, no solo por los sorpresivo de que una administración que en sus inicios fue particularmente renuente a la “militarización”, ahora promueva un cambio constitucional para reforzar la presencia de las propias Fue