Algunos días atrás, Simón Ferracuti lanzó su segundo disco, El precipicio de la primavera. El álbum es el sucesor del bellísimo La distancia justa, trabajo que en 2020 alumbró las canciones solistas de Ferracuti luego de su paso por el grupo La Farolera.
Y aunque ha pasado agua debajo del puente, con singles y EPS en el medio, aquel disco iniciático, publicado en plena pandemia, hoy resuena de un modo diferente. Como si se complementara con el devenir artístico que se evidencia en la búsqueda que el músico comenzó a compartir a comienzos de este año, con el lanzamiento del adelanto Abundante.
Esa canción, movediza, juguetona, plagada de matices y detalles listos para ser percibidos en el oído, es una invitación abierta a una nueva etapa creativa. No un volantazo respecto de lo hecho prev