En el lenguaje popular y esotérico, la energía que irradian los individuos se clasifica a menudo con términos opuestos como “vampiros energéticos” o “seres de luz”. Mientras que los primeros tienden a ser narcisistas, pesimistas o manipuladores, los segundos se definen por la capacidad de atraer e irradiar positividad a su entorno, influyendo de forma benéfica en sus grupos de trabajo, amigos o círculos sociales.

La identificación de un “ser de luz” se basa en una serie de comportamientos que se manifiestan en la vida cotidiana. Estas personas se distinguen por ser inherentemente amables y por poseer una gran intuición. Muestran una disposición constante a ayudar a los demás, ofreciendo buenos consejos y practicando la escucha activa cuando se exponen problemas o preocupaciones aj

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