El sándwich japonés de frutas , o Ichigo Sando (いちごサンド) , es una de esas recetas que demuestran que la elegancia no está reñida con la simplicidad. Con solo unos cuantos ingredientes —pan blanco suave, nata montada y fruta fresca— se obtiene un postre delicado, visualmente encantador y de sabor fresco, ideal para cualquier ocasión.

Originario de Japón, este postre se popularizó en las cafeterías y tiendas de conveniencia del país, donde se vendía como una opción rápida, ligera y atractiva para acompañar el té o el café.

Sin embargo, su fama trascendió fronteras gracias a las redes sociales, donde millones de usuarios se han enamorado de su estética “kawaii” (tierna y bonita) y su irresistible contraste de colores y texturas.

Una receta simple con resultados sorprendentes

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