
Charles Ray Crawford, de 59 años, recibió una inyección letal y fue declarado muerto este miércoles en la penitenciaría estatal de Misisipi (Estados Unidos). El hombre había sido condenado a muerte en 1994 por el asesinato de una joven de 20 años. Tuvo su última comida y afirmó tener "la paz de Dios" antes de la ejecución.
Kristy Ray, la joven víctima de Crawford, fue secuestrada de la casa de sus padres en enero de 1993 y llevada a un granero alejado, donde fue violada y apuñalada hasta la muerte . Para ese momento, el convicto estaba a la espera de juicio por otros cargos de violación y agresión sexual.
¿Una sentencia injusta?
Su previa condena por violación sirvió como agravante, y otros crímenes violentos que había cometido también aportaron a la sentencia. Sus abogados presentaron apelaciones poco antes de la ejecución, alegando que a Crawford no se le había dado un juicio justo , ya que sus defensores iniciales, en 1994, habían admitido la culpabilidad por los crímenes a pesar de su explícita objeción.
Los argumentos fueron ignorados. En una declaración posterior a la ejecución, la Oficina del Asesor Jurídico Posterior a la Condena afirmó que Crawford "fue ejecutado sin haber recibido nunca el juicio justo que todos tenemos garantizado".
Lo describieron como un recluso modelo y citaron sus palabras cuando le comunicaron la fecha de su ejecución: "Quiero hacer todo el bien que pueda y tener el impacto más positivo posible en el tiempo que me queda".
El último día
Crawford pasó su último día recibiendo a sus familiares. Para su última comida pidió una hamburguesa doble con queso, patatas fritas, pastel de melocotón y helado de chocolate.
En su última declaración, les dijo a sus familiares: "Los quiero. Estoy en paz. Tengo la paz de Dios ". También se dirigió a la familia de Kristy Ray: "La verdadera paz y el verdadero cierre no se pueden alcanzar sin Dios".
Crawford permaneció inmóvil en la camilla tras la inyección. Pasados unos minutos, un oficial enmascarado declaró que estaba inconsciente. Entonces, su respiración se volvió dificultosa, para luego ralentizarse. A medida que sus respiraciones se fueron debilitando, su cuerpo se sacudió brevemente y después quedó inmóvil. Fue declarado muerto a las 18:15, hora local.
Su muerte supone la segunda ejecución en el estado este año y la número 38 en todo el país en 2025, lo que, según los expertos, apunta al resurgimiento del uso de la pena máxima en Estados Unidos . Solo en el estado de Misisipi hay 35 personas más en el corredor de la muerte.