Durante meses, Santiago Caputo fue una figura de manual para los mitos libertarios: el hombre invisible, el asesor que no hablaba, el que no tenía cargo ni firma, pero al que todos llamaban antes de tomar una decisión importante. El estratega hermético que prefería los pasillos a los flashes.

Pero ese libreto parece estar cambiando. En las últimas semanas, Caputo “salió del closet” político: abrió una cuenta oficial en X (sí, real, verificada y sin trolls intermediarios), empezó a mostrarse en reuniones con dirigentes de la oposición y hasta dejó trascender su viaje a Estados Unidos para gestionar encuentros con funcionarios del gobierno norteamericano. Todo, mientras el propio Javier Milei alimenta las versiones de que su asesor estrella podría transformarse en el nuevo jefe de Gabin

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