El mundo automotor no se detiene, pero a veces da pasos atrás para tomar impulso. En 2025, el sueño de una transición rápida hacia los autos eléctricos enfrentó su prueba más dura. Fabricantes que apostaron millones en el desarrollo de nuevos vehículos tuvieron que tomar decisiones difíciles: cancelar proyectos o suspender líneas de producción que no alcanzaron sus objetivos.

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En Estados Unidos , donde la adopción del coche eléctrico parecía imparable, las cifras comenzaron a mostrar señales de desgaste. Las ventas crecieron, sí, pero solo un 8% respecto a 2024, lejos del doble dígito que esperaban los analistas. Con menos incentivos, precios elevados y una red de carga aún limitada en muchas regiones, el entusiasmo

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