**Trump busca aprovechar el impulso en la diplomacia global** Steve Witkoff, el enviado especial del presidente de EE.UU. para misiones de paz, se encuentra en medio de una intensa agenda diplomática. El lunes, asistió a una sesión en el Knesset israelí, donde el presidente Donald Trump celebraba un acuerdo de alto el fuego en Medio Oriente. Sin embargo, Trump le recordó a Witkoff que también era crucial abordar la situación con Rusia. "Tenemos que resolver lo de Rusia. Tenemos que resolver eso", dijo Trump, mientras reflexionaba sobre un nuevo acuerdo nuclear con Irán. La semana comenzó con un viaje de 36 horas a Medio Oriente y culminó con la visita del presidente de Ucrania a la Casa Blanca. Su objetivo era convencer a Trump de que aprobara el envío de misiles de largo alcance a Kyiv, justo antes de una reunión inesperada con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Budapest. Trump también confirmó que había autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela, mientras amenazaba con ataques dentro del país. Además, ofreció un paquete de ayuda de 20.000 millones de dólares al líder argentino, y sugirió la posibilidad de nuevos aranceles a China antes de una importante reunión con el presidente Xi Jinping. "Creo que tenemos mucho impulso y mucha credibilidad. Lograr el objetivo en Medio Oriente era muy importante", afirmó Trump durante un almuerzo con su homólogo ucraniano. Reconoció que muchos dudaban de que se pudiera alcanzar un acuerdo en la región, pero se mostró optimista sobre el futuro. Sin embargo, la tarea de convertir el éxito en Medio Oriente en logros en otras áreas es compleja. La tregua con Hamas enfrenta desafíos, como la falta de retorno de los restos de rehenes fallecidos, lo que ha generado indignación en Israel. A diferencia de su influencia en Israel, Trump no cuenta con el mismo poder sobre Rusia y China, que son potencias nucleares independientes del apoyo estadounidense. Funcionarios de EE.UU. y Europa han expresado escepticismo sobre si el éxito en Medio Oriente cambiará la estrategia de Moscú o Beijing. Trump también enfrenta riesgos políticos en América Latina, donde las intervenciones estadounidenses han tenido resultados mixtos. A pesar de estos desafíos, la experiencia de Trump en Gaza demuestra que los esfuerzos prolongados pueden llevar a victorias, aunque sean frágiles. Como dijo el diplomático George Mitchell, "Tuvimos 700 días de fracaso y un día de éxito", una frase que resuena entre los asesores del presidente Joe Biden mientras buscan lograr lo que Trump finalmente alcanzó.