La situación entre Estados Unidos y Venezuela se intensifica. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha considerado la posibilidad de una acción militar en Venezuela. Esta semana, ha aumentado la presencia militar en el Caribe, incluyendo el despliegue de bombarderos B-52 cerca de la costa venezolana. En respuesta, Nicolás Maduro ha movilizado tropas y ha denunciado la actividad militar estadounidense, mostrando un desafío claro ante la presión de Washington.

Funcionarios del Gobierno de Trump han admitido que el objetivo de la campaña de presión es desalojar a Maduro del poder. Esta estrategia se remonta a 2019, cuando la Casa Blanca reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. A medida que se intensifica la presión, Maduro ha aumentado su retórica y ha convocado nuevos ejercicios militares, movilizando a lo que afirma son “millones” de milicianos.

El miércoles, Trump confirmó que había autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela, lo que incluye la posibilidad de ataques en territorio venezolano. “Sin duda estamos mirando hacia tierra ahora, porque tenemos el mar muy bien controlado”, declaró Trump a los periodistas. Sin embargo, no se ha tomado una decisión definitiva sobre un ataque directo a Maduro.

Maduro, por su parte, ha afirmado que sus milicias cuentan con más de 8 millones de reservistas, aunque esta cifra ha sido cuestionada por expertos. Desde el 17 de octubre, 20 de los 23 estados venezolanos han sido militarizados como parte de las movilizaciones militares bajo el nombre de Independencia 200. En un discurso reciente, Maduro denunció el historial de la CIA en cambios de régimen y aseguró que el pueblo venezolano está unido y preparado para enfrentar cualquier amenaza.

La vida cotidiana en Venezuela continúa, a pesar de la creciente tensión. En Caracas, se han llevado a cabo eventos culturales, pero la población vive con ansiedad ante la posibilidad de un conflicto armado. Ivonne Caña, una cocinera local, expresó su preocupación: “No dormimos bien”, refiriéndose al miedo que sienten por un posible ataque estadounidense.

Algunos venezolanos han comenzado a mostrar apoyo a la presión de EE.UU. sobre Maduro, con pancartas en universidades que expresan mensajes de esperanza. Sin embargo, la represión de las libertades civiles ha aumentado, con Maduro firmando un decreto de “conmoción externa” que le otorga amplios poderes en caso de agresión militar.

La presencia militar estadounidense en la región se ha incrementado, con tres bombarderos B-52 volando cerca de la costa de Venezuela. Estos aviones, que despegaron de Louisiana, realizaron vuelos en el espacio aéreo internacional, pero controlado por Venezuela. Los recientes ataques de EE.UU. contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico son vistos como el inicio de un esfuerzo más amplio para erradicar el tráfico de drogas y potencialmente desalojar a Maduro del poder.