La relación entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha mejorado incuestionablemente, pero el verdadero premio que busca Kyiv parece estar fuera de su alcance, por ahora.

Después de nueve meses de extraordinarias acrobacias diplomáticas y verborrea, Trump aún prefiere darle al presidente de Rusia, Vladimir Putin, otra oportunidad para convencerlo, en vez de escalar militarmente de manera contundente.

Pero hubo –entre los aduladores elogios y la convicción de que una paz esquiva estaba cerca– algunas buenas noticias para Ucrania. Incluso la última palabra de Trump sobre el asunto, una publicación en Truth Social enviada mientras partía hacia Mar-a-Lago, sugería que: “Deberían detenerse donde están”, es decir, un alto el fuego a lo largo de

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