En tiempos donde la transición energética marca la agenda global, los hidrocarburos siguen siendo protagonistas. Pero no como antes. Hoy, su rol se redefine desde la innovación, la sostenibilidad y, sobre todo, desde el vínculo genuino con las comunidades.
En Perú, el gas natural –principal hidrocarburo de la región– ha demostrado ser un motor de transformación. A través de proyectos como Camisea y PERU LNG, se ha logrado masificar su uso, reducir costos energéticos y fortalecer la seguridad energética nacional. La incorporación de tecnologías limpias en la exploración y explotación ha permitido minimizar impactos ambientales, optimizar procesos y mejorar la eficiencia operativa.
La excelencia operacional, entendida como “hacer las cosas bien”, ha evolucionado de consigna interna a filos