Como un grito de esperanza en el desierto, una cineasta canaria en ciernes se desplazó a los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf, cámara en ristre, para filmar su herida abierta de destierro, hambre y miedo en los estertores del siglo XX. Su nombre es María Miró (Las Palmas de Gran Canaria, 1950), estirpe de figuras del arte y la cultura española y que, con más corazón y compromiso que recursos o referentes femeninos, recaló en el norte de África movida por sus «deseos de hacer cine y visibilizar la terrible situación del pueblo saharaui».

Bajo el título Los baúles del retorno , su ópera prima vivió su histórico estreno en 1995 y se consagró como el primer largometraje dirigido por una cineasta canaria , que hoy echa la vista atrás y recuerda «con mucha emoción» aqu

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