El ballet ha vuelto. Pero no en forma de tutús ni de grandes escenarios, sino en las salas de entrenamiento. El auge del ‘barre’ y el éxito del Ballet Fit confirman una tendencia imparable: la danza se ha convertido en una de las grandes inspiraciones del mundo del deporte.
No hay pesas ni gomas elásticas, solo música, precisión y control. Cada sesión combina trabajo de resistencia, tonificación, estiramientos y coordinación, siempre desde la base de la técnica del ballet. El cuerpo se convierte en su propio instrumento y la barra en el eje de un ejercicio que busca la armonía entre mente y movimiento.
Lo que antes se asociaba a una formación estricta y técnica, hoy se traduce en bienestar, fuerza y conciencia corporal. Nacido de la fusión entre el ballet clásico y el entrenamiento funci