El doloroso accidente quedó atrás—o al menos, quedó ese primer círculo del infierno—, pero la cuenta del tiempo se le sigue marcando en la piel y en la memoria. Cuatro meses después de aquel incendio doméstico donde su cuerpo resultó quemado en un veinticinco por ciento, María Julia Oliván compartió un texto descarnado y luminoso en sus redes sociales . Un posteo que, sin anestesia, recoge agradecimientos, confesiones, escenas familiares y destellos de humor; una postal íntima que esquiva la autocompasión y, en cambio, busca a tientas el sentido de cada día reconstruido.
“Cuatro meses y aún luchando”, arranca la cronista, todavía con la voz grave de quien sabe que ninguna batalla es definitiva. María Julia Oliván no esconde su fragilidad, ni el miedo, ni las incomodidades. “Agradezco