"¿En qué momento dejar a los niños y adolescentes solos se volvió de alto riesgo en México?”. Esta es la pregunta que se hacen millones de padres de familia, paralizados por el miedo del homicidio, uno que ya no distingue edades. La libertad de jugar en la calle se ha perdido, reemplazada por una angustia constante.
“Mucha gente se dedica al secuestro, se roban a los niños”, lamenta Jerónimo, padre de familia. “Siempre hay el miedo de que no regresen o de que haya alguien que se los quiera llevar”, secunda Susana, madre.
No es una paranoia. En el México de la violencia creciente, este temor se fundamenta en las siguientes estadísticas brutales:
¿Cuántos niños han muerto en México en el último año?
La violencia contra la infancia ha alcanzado niveles de crisis de salud pública. Según da