Podrías ser un embajador en Inglaterra o Francia

podría gustarte apostar, podría gustarte bailar

podrías ser el campeón de peso pesado del mundo

podrías ser una dama de sociedad con la sangre más pura que jamás haya corrido

pero vas a tener que servir a alguien, sí

vas a tener que servir a alguien

bueno, puede ser el diablo o puede ser el señor

pero vas a tener que servir a alguien.

— Bob Dylan, “Gotta Serve Somebody”

Hay algo fascinante en cómo el poder circula. No siempre en línea recta, sino en triangulaciones, engranajes, diferenciales, poleas y mediante cadenas de transmisión que parecen obedecer más a la geometría secreta de una caja de cambios sellada de un país que, cueste lo que cueste, anda en automático y se rige por la inercia del silencio, de no pensar y que otros hab

See Full Page