El estadio Akron vibró con el alarido de la afición rojiblanca que celebró una victoria más del Rebaño que venció 2-0 a un Mazatlán que se quedó corto ante el ímpetu tapatío, en un duelo que tuvo de todo: penalti, goles, tanto anulado y el hasta el grito prohibido desde la tribuna.
El cuadro rojiblanco salió decidido a mantener su racha de victorias al hilo. Desde el inicio presionó a los Cañoneros. A los 9 minutos, Armando González, con un vendolete en la ceja izquierda tras un golpe recibido hace unos días, estuvo a punto de abrir el marcador.
Un centro al área lo bajó con el pecho –o eso quiso– pero el VAR dijo “no, eso fue manita” y anuló el gol. La afición gruñó, pero el Rebaño no se desanimó.
La recompensa llegó al minuto 29, cuando la “Hormiga” se coló al área y recibió una patad