Fue hace 175 años, un 5 de noviembre de 1850. Isabel II firmaba un Real Decreto por el que suprimía el Colegio General Militar, fundado ocho años antes por Espartero, y creaba el Colegio Militar de Infantería, en Toledo, y el de Caballería, en Alcalá de Henares. Aquella decisión –con la que se pretendía que «la instrucción elemental de los jóvenes que se dedican a la carrera militar en clase de Oficiales» fuese «más proporcionada» a lo que requería «el servicio de cada una de las Armas del Ejército»– iba a cambiar, sin pretenderlo entonces, al menos la fisonomía de Valladolid.

Y no hubo que esperar mucho. El citado nuevo colegio debía ocupar las centenarias dependencias de la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, fundada a finales del siglo XV por el cardenal Cisneros, y que en 18

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