En la salud, los hábitos lo son todo. El trabajo nocturno, ese horario fuera del ciclo natural del día, obliga al organismo a sortear su propio reloj interno. Hablamos de un desorden que impacta en el metabolismo y el corazón, advierten investigaciones oficiales y académicas.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), señala que el trabajo por turnos puede aumentar la tolerancia reducida a la glucosa, resistencia a la insulina, elevación del cortisol y activación del sistema nervioso simpático; todos estos factores favorecen el riesgo cardiovascular.
En un experimento, 19 personas fueron asignadas durante dos semanas a jornadas nocturnas. Un grupo consumió alimentos en horario diurno y nocturno; el otro, únicamente de día. Los resultados fueron claros: las comida