Un oficio tan necesario como ingrato

Era de un barrio obrero de Clayton, Lancashire, donde el trabajo duro y la rutina marcaban el pulso de la vida. Apenas tuvo uso de razón, Albert Pierrepoint se enteró que su familia guardaba un secreto singular: la horca . Su padre, Henry, había sido verdugo oficial. También su tío, Thomas.

En la casa, el tema se trataba a media voz, con esa mezcla de vergüenza y orgullo que acompaña a los oficios oscuros. Para Albert, la figura del padre era la de un hombre severo, respetado por algunos y odiado por otros, que desaparecía de casa durante unos días y volvía con el silencio de quien carga un oficio que no se cuenta.

El pequeño Albert creció con la idea de que la ejecución de un preso condenado a muerte no era un acto extraordinario, sino un trabaj

See Full Page