A lo mejor porque así lo escrituró José Antonio Michel en su famosa canción, o porque en realidad en octubre se percibe a la luna con una luminosidad resplandeciente y más cercana a nuestras vidas.
En todo caso también es cierto que la luna siempre está ahí, más lejos o más cerca, pero siempre silenciosa, siempre brillante, siempre de plata, con su conejo inserto, atenta a nuestro planeta tierra y a quienes la habitamos. Nos cuida, nos protege y nos advierte. Es la luna nuestra mirada universal y eterna.
Según la ciencia, el que las lunas del mes de octubre se vean diferentes se debe al perigeo y apogeo lunar (¡Sic-Gulp!). Esto es: “gracias a la órbita elíptica de la luna, su distancia con respecto a la Tierra varía, el perigeo es porque la luna está más cerca de la tierra y además ya