México.- El estadio Akron vibró con el alarido de la afición rojiblanca, que celebró una victoria más del Rebaño (2-0), ahora sobre un Mazatlán que se quedó corto ante el ímpetu tapatío, en un duelo que tuvo de todo: penalti, goles, tanto anulado y el hasta el grito prohibido desde la tribuna.

El cuadro rojiblanco salió decidido a mantener su racha de victorias al hilo. Desde el inicio presionó a los Cañoneros. A los 9 minutos, Armando González, con un vendolete en la ceja izquierda por un golpe recibido hace unos días, estuvo a punto de abrir el marcador, pero el VAR dijo “no, eso fue manita” y anuló el gol.

La recompensa llegó al minuto 29, cuando la “Hormiga” se coló al área y recibió una patada que propició un penalti para Chivas. González tomó el balón y mandó un misil a la escuadra

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