México vive una hora decisiva. Las fuerzas que debían preservar la libertad, la dignidad y la vida pública han sido arrastradas por la polarización, la ambición y una política clientelar. Ante este panorama, no podemos permanecer como espectadores. Ǫuienes militamos en Acción Nacional hemos comprendido que este no es un tiempo para la resignación, sino para el renacimiento de una convicción profunda: defender un México de leyes, instituciones y oportunidades, frente a la arbitrariedad y la concentración del poder.

Recordar a Gómez Morín, Luis H. Álvarez, Castillo Peraza y tantos otros es reafirmar que su causa sigue viva: el PAN no nació para conquistar el poder, sino para ponerle límites; no nació para crear caudillos, sino instituciones; no nació para someter, sino para servir. Esta mem

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