La guerra del futuro ya no se libra solo en el aire, sino en una simbiosis letal entre cielo y tierra. El horizonte táctico que persigue la compañía Skyborne Technologies es el de operaciones coordinadas entre drones aéreos y unidades robóticas terrestres, un ecosistema de combate autónomo donde la intervención humana se reduce a la mínima expresión. Se trata de un cambio de paradigma que redefine por completo las estrategias en el campo de batalla. Este avance se apoya en el desarrollo de plataformas aéreas cada vez más sofisticadas, como demuestra la creación de un de manera sigilosa.
Precisamente, la pieza clave en el suelo tiene nombre propio: CODiAQ. Este es el nombre del perro robot de combate que encarna esa visión, un ingenio mecánico diseñado para ofrecer una capacidad letal a