Este domingo es muy especial puesto que, celebramos la alegría de llevar la buena notica al mundo entero, nos unimos en oración a nuestros hermanos y hermanas, no solo sacerdotes y religiosas, sino también a laicos comprometidos que día a día se desgastan por ser parte de la buena noticia y esperanza para quienes no la tienen o la han perdido.

Y pudiese pensarse, que después de 2025 años de que Jesús estuvo entre nosotros, ya la mayoría lo ha conocido y ha dado una buena repuesta a su llamado, pero en realidad es lo contrario, estamos teniendo la necesidad de volver a evangelizar, esto implica esfuerzo, pero sobre todo testimonio de nuestra parte, solo echemos un vistazo a nuestro entorno, a nuestra propia familia.

Como en la familia misma, tenemos familiares que les faltan sacramentos,

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