“La Iglesia no se olvida de Tumaco.” Con estas palabras y una sonrisa cercana, el Nuncio Apostólico en Colombia, Monseñor Paolo Rudelli, selló una visita histórica a la Diócesis de Tumaco, una tierra que mantiene viva la esperanza en medio de los desafíos.

Su presencia no fue un simple acto diplomático. Fue un gesto profundo de comunión y cercanía, un signo del Papa Francisco hacia una Iglesia que camina con su pueblo, que cree en la reconciliación y que se atreve a sanar desde la memoria y la fe.

El recorrido del Nuncio inició en la Casa de la Memoria, un espacio donde el dolor y la resistencia se transforman en relato, enseñanza y fe. Allí, escuchó testimonios de quienes han vivido las heridas del conflicto y ahora tejen paz desde la comunidad.

Luego, visitó el Museo Eucarístico en la

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