Al garete se han ido los planes que había ideado el Real Zaragoza en caso de que el equipo aragonés hubiese logrado la victoria el sábado ante la Cultural. En ese supuesto, la continuidad de Emilio Larraz en el primer equipo estaba asegurada a expensas de determinar si el zaragozano se mantenía en el cargo durante el resto del curso, algo sometido a la dictadura de los resultados. Pero el triunfo, que habría sacado al Zaragoza de la última plaza e iniciado una nueva era, hubiese dejado las cosas como estaban, es decir, con Larraz al mando y esa provisionalidad con la que el club envolvió su acceso al primer equipo, habría quedado relegada a favor de una estancia duradera. En definitiva, se habría ganado tiempo.

Faltaba por esclarecer cómo se habría reestructurado el resto del organig

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