En una crónica en primera persona publicada por la periodista Caro Fernández, se reconstruyen las últimas ocho horas de Federico “Fred” Machado en libertad antes de ser extraditado a los Estados Unidos. Desde una vivienda en Viedma, donde cumplía arresto domiciliario, el empresario vinculado al narcotráfico y al lavado de activos accedió a dar testimonio.

El escenario, lejos del lujo, muestra una casa simple, con una piscina pequeña, custodiada por perros callejeros y rodeada de árboles. “La famosa piscina se parece más a una palangana”, describe Fernández, quien llegó al lugar tras conseguir autorización para registrar la exclusiva.

Pactos rotos, nombres propios y frases cargadas

El encuentro comenzó con un gesto inesperado. Machado tomó las manos de la periodista y le pidió: “No me tr

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