La edición número veintitrés del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) ha llegado a su fin. Fue una semana llena de cine, alfombras rojas e invitados especiales que compartieron su trayectoria y reflexionaron sobre la importancia de seguir contando historias. Para algunos fue su primera vez en el festival; para otros, un cálido regreso.

No importa cuántos días se asista: ver todo es imposible. Siempre hay algo sucediendo (lo que no ocurre en todos los festivales de cine).

Boletos y logística

El tema de los boletos es, en sí mismo, único. La taquilla se convirtió en un obstáculo para conseguir entradas a cada función, con filas que a veces superaban la hora de espera. Las funciones de prensa comenzaban a las 9 de la mañana y, al terminar la película, ya no quedaban muchos bole

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