Hoy es un día de cierre. Un día para mirar hacia atrás y, sobre todo, para dar las gracias. Cinco años después de aquel diagnóstico de cáncer de mama, me encuentro en una posición que parecía inalcanzable en mis momentos más oscuros: la de la superación. Y esta meta no es solo mía; es un triunfo compartido con un sistema y unas personas que son el verdadero motor de la vida. Desde el primer momento, mi camino se cruzó con el de la Sanidad Pública, esa joya social que, a pesar de sus desafíos, garantiza el derecho fundamental a la salud. Mi gratitud es inmensa hacia este sistema que me ha acogido y tratado con rigor, sin preocuparme jamás por los costes o la accesibilidad. Es la base que sostiene todo lo demás. La profesionalidad con alma Si he aprendido algo en estos cinco años de cirugía,

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