Los precios del oro siguen dando titulares en los medios financieros y hay razones de fondo para ello, como el miedo a una potencial crisis financiera global. Pero, así como tiene seguidores, también cuenta con detractores de alto perfil que lo consideran una reliquia sin uso alguno.
El viernes, el precio del oro se ubicó en 4 mil 250 dólares la onza, contra los 2 mil 750 que valía hace un año. Un homerun con casa llena para quienes guardaron sus centenarios o algunas oncitas para venderlas ahora.
Para muchos, como Peter Schiff es el refugio perfecto ante la inflación, la deuda pública y la incertidumbre geopolítica. Para otros, como Warren Buffett, es un simple espejismo brillante. Para la mayoría de los mortales solo un enigma inalcanzable.
Mientras algunos estrategas de Wall Street y