Tegucigalpa – En un país donde la violencia de grupos criminales permea comunidades enteras, los docentes se han convertido en víctimas silenciosas de un fenómeno alarmante: el desplazamiento forzado, lo que su vez se traduce como una amenaza invisible a la educación.
-En muchas zonas del país los grupos criminales delimitan sus territorios con “fronteras invisibles”, donde los docentes y estudiantes no tienen permitido cruzar, aunque estas incluyen áreas recreativas.
Más de 300 maestros han sido obligados a abandonar sus hogares y centros educativos debido a amenazas, extorsiones y atentados, mientras que al menos mil 472 se encuentran en riesgo inminente.
Esta crisis no solo pone en jaque la integridad de los educadores, sino que amenaza el futuro educativo de miles de niños y jóve