La Feria Internacional del Libro del Zócalo (FILZ) representaba para Antonio Calera-Grobet, asiduo participante, un espacio de promoción literaria sin par.
"Ésta es la feria más importante que hay en el País, donde no se hace un homenaje al libro, sino a su lectura", dijo a este diario en 2019 el poeta, editor y gestor cultural fallecido en agosto, elogioso de la oportunidad que el evento brindaba para que lectores, autores y profesionales del libro se reunieran en el espacio público "de manera muy viva".
"Eso lo convierte en un espacio como no hay otro en la República Mexicana. Por eso es tan importante para nosotros tomarlo con seriedad", enfatizaba Calera-Grobet, en cuyo honor la FILZ nombró una de las carpas en la edición que concluyó este domingo.
Pero acaso un mayor homenaje hubie