Se entiende que el PAN haya decidido anunciar que no hará más alianzas con ningún partido, aunque su dirigencia está mirando el árbol y no el bosque.
En un afán por recuperar glorias pasadas, la dirigencia nacional panista anunció “el relanzamiento’’ del partido, con un discurso sin mayor compromiso que “abrirse a la ciudadanía’’ y con la promesa de reformar sus estatutos para adecuarlos al discurso.
Y aunque los liderazgos visibles aplaudieron el giro que le pretenden dar al partido, lo cierto es que falta un proceso engorroso que tendrá que romper con barreras y tabúes ideológicos pues es bien sabido que si hay un partido resistente al cambio, es precisamente el PAN.
Lo que parece que los panistas, encabezados por el temeroso Jorge Romero, quien ni siquiera dedicó una línea a criticar