Dormir no es un lujo, sino una necesidad biológica imprescindible para el bienestar físico, psicológico y emocional. Mantener rutinas adecuadas influye de forma directa en la calidad del descanso.

Una de las primeras recomendaciones es eliminar las pantallas al menos una hora antes de dormir . El uso de celulares, computadoras o televisores expone al organismo a luz azul, lo que dificulta la producción de melatonina , la hormona que facilita el sueño.

Otra rutina fundamental es incorporar momentos de relajación antes de acostarse . Reducir el ritmo paulatinamente contribuye a preparar al cuerpo y la mente para el descanso. Actividades como una ducha caliente, un baño de inmersión o la lectura de un texto tranquilo ayudan a crear un ambiente propicio para dormirse gradualmente

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