El uso cotidiano y generalizado de dispositivos electrónicos , como móviles, tabletas, consolas u ordenadores , se ha extendido también a la población infantil y adolescente , dos colectivos especialmente vulnerables por encontrarse en etapas vitales de su desarrollo.

Como advierte Julio Maset , médico de Cinfa , “entre las consecuencias del uso y exposición de menores a la tecnología , se encuentran el aumento del sedentarismo , problemas de visión y trastornos relacionados con el sueño , ya que el uso de las pantallas les lleva a tener un sueño más corto y de menor calidad , porque se acuestan más tarde y tardan más en dormirse”.

Las alteraciones en el sueño provocan, a su vez, mayor dificultad para llegar a un sueño profundo y una mayor somnolencia durante

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