Gestionar la visita de más de 8 millones de personas no debe ser nada fácil. Pero es lo que el Museo Louvre hace cada año. Sus salas son recorridas por miles de personas cada día. Se supone que la vigilancia y la custodia de algunas de las piezas de arte más importantes del mundo es total. Pero el último robo la puesto en jaque todos esos sistemas de seguridad. El ministro de Justicia francés, Gérald Darmanin , declaró que el robo daña la imagen de Francia en el mundo y demuestra fallos graves en los mecanismos de seguridad del país. El museo fue diseñado para recibir 4 millones de personas al año; una cifra que se dobla.
Refuerzos de vitrinas, circuitos cerrados de televisión , controles de acceso, vigilantes en las salas... No fueron suficientes. Algunos estudios ya alertaban de