Cada año se repite la escena. A pesar de estar en medio de una región más bien caracterizada por las altas temperaturas en verano, tolvaneras y sequías, que muchas veces han puesto a los productores de nuestros campos en aprietos, el corto tiempo de precipitaciones pluviales en nuestra ciudad (por cierto, en los últimos años se ha extendido y además ha sido más intenso) siempre ha provocado caos y afectaciones innumerables a sus habitantes. En algunas ocasiones, muy lamentables, la muerte.

En el verano de este año, un par de tormentas acaecidas la última semana de junio, y la primera de julio, provocaron severos daños, en esa ocasión, en el norponiente de la ciudad. Fueron 7 colonias afectadas, cuyas familias sufrieron daños en sus viviendas, la pérdida de enseres, en algunos casos vehícu

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