El paso elevado que se construye sobre la autopista Norte empieza a cambiar el panorama vial de Bogotá, mientras avanza hacia su etapa final de obras.

La movilidad en Bogotá se ha convertido en uno de los mayores desafíos cotidianos para quienes deben recorrer la ciudad. A cualquier hora del día, las principales vías muestran un panorama de filas interminables de vehículos que avanzan con lentitud, reflejo de una congestión que parece no dar tregua.

El aumento constante del parque automotor, los accidentes de tránsito, las manifestaciones ciudadanas y el cierre frecuente de tramos por obras en ejecución han creado un escenario en el que los tiempos de desplazamiento se prolongan y el estrés de los conductores se multiplica. En varios sectores, las demoras superan lo habitual, incluso en

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