Que Donald Trump siente debilidad por Vladimir Putin no es una sorpresa, como tampoco lo es la antipatía que siente por Volodimir Zelenski. Pero, en su condición de “pacificador”, como él mismo se autodenomina, especialmente tras el acuerdo para acabar con la guerra en Gaza, todos pensarían que el presidente de EU iba a mostrarse más firme con el líder ruso e invasor de Ucrania. Nada más lejos de la realidad.
En vez de presionar al Kremlin, anunciando que finalmente entregaría a Kiev los ansiados misiles Tomahawk de largo alcance, Trump aprovechó la visita de Zelenski a la Casa Blanca para exigirle a gritos, según los presentes, que entregue a Rusia el 20% de Ucrania que ha conquistado militarmente, o de lo contrario, EU no hará nada para impedir que Putin destruya Ucrania (como no hizo n