Con Donald Trump nunca se sabe bien si lo que dice durará mucho tiempo. Por ejemplo: a finales de julio, dijo: “No interferirá con el edificio actual. No lo hará. Estará cerca, pero sin tocarlo, y respeta totalmente el edificio existente, del que soy el mayor fan. Es mi favorito. Es mi lugar favorito. Me encanta”.

Sin embargo, la semana pasada, en una cena con donantes para su gran salón de 250 millones de dólares, comenzó a recular: “En los próximos días será demolido. Todo lo que hay ahí fuera se derrumbará y lo reemplazaremos por uno de los salones (ballroom) más hermosos que jamás hayan visto”.

Y ese día del inicio de la demolición ha llegado este lunes.

Fuentes de la Casa Blanca han confirmado a The Washington Post que otras partes del proyecto, como la preservación de objetos de valor histórico, llevan varias semanas en marcha.

Lo que no ha explicado la Casa Blanca es qué ha pasado entre las declaraciones de Trump de que la nueva construcción no interferiría con el edificio existente y lo que dijo la semana pasada y está ocurriendo este lunes.

“El Ala Este se construyó en 1902 y ha sido renovada y modificada en numerosas ocasiones, con una segunda planta añadida en 1942”, declaró la Casa Blanca en julio.

El nuevo salón de Trump es el primer cambio estructural en la Casa Blanca desde que se añadió el balcón Truman en 1948.

Trump ha redecorado sustancialmente el Despacho Oval con florituras doradas y querubines, retratos presidenciales y otros elementos, e instalado enormes astas en los jardines norte y sur para ondear grandes banderas estadounidenses. Además, ha decidido reemplazar el césped del Jardín de Rosas con piedra para hacer cenas y actos.

Proyecto de la nueva Casa Blanca con el salón de Trump de 250 millones

Trump lleva meses prometiendo construir un salón, alegando que la Casa Blanca no tiene espacio suficiente para grandes eventos y burlándose de la idea de albergar a jefes de estado y otros invitados en carpas en el jardín, cosa que hicieron administraciones anteriores para cenas de estado con cientos de invitados.

“Han querido un salón en la Casa Blanca durante más de 150 años, pero nunca ha habido un presidente que fuera bueno con eso”, declaró Trump a la prensa a finales de julio, cuando presentó el proyecto y aseguró que el nuevo salón no interferiría con la mansión.: “Soy bueno construyendo cosas y vamos a construir rápido y a tiempo. Será hermoso, de primera, de primera calidad”.

“Estará cerca, pero sin tocarlo, y respeta totalmente el edificio existente, del cual soy un gran admirador”, dijo sobre la Casa Blanca. “Es mi favorito. Es mi lugar favorito. Me encanta”.

Trump afirmó que el salón servirá a las futuras administraciones. “Será un gran proyecto para dejar un legado”, afirmó. “Creo que será realmente hermoso”.

El salón de 8.300 metros cuadrados se está construyendo donde se encuentra el Ala Este, con capacidad para 650 personas. El Ala Este alberga varias oficinas, incluida la de la primera dama. Estas oficinas se reubicarán temporalmente durante la construcción y esa ala del edificio se modernizará y renovará, según informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

“No se derribará nada”, afirmó.

Leavitt declaró que Trump y otros donantes se han comprometido a recaudar los aproximadamente 250 millones de dólares destinados a la construcción.

Trump eligió a McCrery Architects, con sede en Washington, como arquitecto principal del proyecto. El equipo de construcción estará dirigido por Clark Construction. La ingeniería estará a cargo de AECOM.

Recreación del nuevo salón de Trump en la Casa Blanca.