El estado Trujillo se rindió a los pies de su hijo más ilustre, el recién canonizado San José Gregorio Hernández. Entre 7.000 y 8.000 peregrinos participaron en la emotiva caminata de 17 kilómetros desde Valera hasta Isnotú, su tierra natal, en una jornada donde la fe se demostró incansable porque la afluencia de devotos nunca cesó.
El peregrinaje arrancó a primera hora, con los más madrugadores partiendo desde municipios cercanos a las seis de la mañana. Si bien la multitud principal de Valera se unió poco después, el flujo de personas que se sumaba al recorrido a lo largo del día fue una imagen conmovedora.
Las personas nunca dejaron de llegar, ni siquiera en las horas de mayor sol. Al contrario, la carretera se mantuvo como un río humano constante, alimentado por la fe inquebrantable